CORONA NAVIDEÑA

Si os soy sincera una vez que mi infancia pasó, la navidad dejó de gustarme pero cuando fui madre esa ilusión volvió.

Supongo que el ver como la niña disfruta con las luces de la calle, los escaparates, el Olentzero, los adornos, los regalos…ha tenido mucho que ver en que vuelva a disfrutar de la magia de estos días.

Hemos aprovechado este puente para colocar el árbol y los adornos en casa. Siempre lo hacemos en la misma fecha, que coincide con el encendido del alumbrado navideño del pueblo.

De siempre me han gustado las coronas navideñas que se ponen en las puertas y tenemos una preciosa comprada en Disneyland que tiene como protagonistas a Chip y Chop pero la ponemos por dentro ya que nos da miedo que desaparezca.

Y desde que la compramos tengo esa espinita clavada por no poner nada en la parte delantera de la puerta así que hoy mi hija y yo nos hemos puesto manos a la obra y nos hemos hecho una. Hemos disfrutado un montón y ahora ya luce en nuestra puerta.

Lleva los típicos colores navideños pero le hemos dado un toque dulce usando chocolate y caramelo.

Para hacerla esto es lo que necesitáis: una bandeja de cartón de las que se usan para la repostería, un trozo de cuerda fina, tijeras, pegamento o una pistola de silicona, cinta roja, bastoncitos de caramelo, chocolatinas con diseño navideño y un paquete de algodón.

Lo primero que hay que hacer es hacer un agujero redondo en el medio. Lo podéis hacer a ojo o lo demás ayudaros con algo circular para dibujar el círculo y después recortarlo.

Una vez recortado el agujero, colocamos un trozo de cuerda para poder colgarla de la puerta.

Cortamos trocitos de algodón y los vamos pegando por toda la corona hasta cubrir la bandeja entera.

Después cortamos 4 trozos de cinta y las ponemos en la corona sujetándolas atrás con un poco de pegamento o silicona.

Y ya sólo nos queda ir pegando los adornos a nuestro gusto. Para pegar bien el bastoncillo grande lo he pegado sobre las cintas ya que con el peso lo demás se cae y al ir sobre las cintas queda bien agarrado.

Como toque final le he puesto un lacito rojo encima del bastoncillo grande.

Y ya tenemos nuestra corona lista para ser colgada en la puerta y sorprender a las visitas.

Si no nos apetece colgarla también puede ser un adorno para crear un rincón precioso.

Bueno, bonito y barato además de creativo y estupendo para pasar un rato genial con los peques, ¿alguien da más?, ¿no?, lo sabía. J

Como la siguiente manualidad será en enero aprovecho para desearos unas felices fiestas.

Comed mucho turrón y aprovechad los días de fiesta para hacer eso que más os gusta.

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